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domingo, 3 de noviembre de 2019

¿Crisis?, ¿Qué crisis?.

Anoche estuve viendo un documental sobre la caída de la bolsa americana por la burbuja inmobiliaria del decenio pasado y de la que aún no hemos salido, eso me hizo pensar y os voy a relatar dos casos, el segundo el mío, igual alguno se siente identificado, pero siempre fui de tener los pies en el suelo.

Caso 1º. necesito pedir un crédito para comprar una casa, tengo una a la vista, me hacen falta 200.000 euros, trabajo en la construcción, no estoy fijo, pero me levanto todos los meses mas de 2.500 euracos, hay meses que saco mas de 3.000, no tengo estudios, ni falta que me hace, otros con estudios ganan una mierda al lado mía.

Voy al banco y me dicen que no solo me dan los doscientos mil euros, si no que me dan trescientos mil, a cuarenta años y pagando mil todos los meses, yo digo que si, claro, con el pastón que gano no hay problema, aprovecho y amueblo la casa a todo lujo, me pillo un BMW y vivo como un marqués, cuando me cruzo con los vecinos los miro por encima del hombro, estoy hipotecado a 40 años, pero me la pela, tengo el taco en el bolsillo y voy sobrao.


Caso 2º. necesito pedir un crédito para comprar una casa, he hecho mis cuentas y mi máximo para poder pagar la hipoteca es de 150.000 euros, mas no puedo, así que me pongo a buscar una vivienda con un precio máximo arreglado a lo que puedo pagar. Encuentro tras mucho buscar un adosado, doy una señal y voy al banco a ultimar los detalles, por supuesto el del banco me ofrece 300.000 euros, pues dice que con mi nómina de funcionario de unos 1.400 euros puedo pagarlo, así podría amueblar la casa, cambiar de coche e irme de viaje con mi mujer, le contesto que si, que muy bonito, pero si me paga la diferencia el banco acepto, por supuesto dice que no, yo firmo y lo pongo a 20 años, con una cuota media de 550 euros, un tercio de mi sueldo, pero sacrificándome podré vivir en un chalet.


Pasan los años y explota todo, el primero sin estudios, ni donde caerse muerto, pierde el trabajo, ya no hay obras, muchas quedan a medio terminar y el castillo de naipes se desploma. Desesperado busca cualquier cosa para currar, pero como él los hay a miles, ya no hay dinero para pagar los mil pavos de hipoteca, de lo primero que se desprende es del peazo de BMW, lo malvende para comer, a los pocos meses el banco ejecuta la hipoteca y vuelve a casa de sus padres. Lo ves cogiendo piñas, espárragos, coquinas, haciendo lo que antes miraba con desprecio y cuando te ve por el barrio , agacha la cabeza, es mas, su mujer pega a tu puerta a escondidas, para ver si le dejas cincuenta euros para llegar a fin de mes.

A mi me cuesta pagar, llego a fin de mes justito, a veces en números rojos, yo que creía que en enero iba a subir algo el sueldo viene un presidente hijo de puta y me lo congela, mas tarde vendrá otro que me quitará un 5%, aún así, sin salir, sin viajar, ir al cine o comer fuera, mejor que peor, voy tirando, pero conservo mi casa, mi viejo coche e incluso me puedo comprar una moto de segunda mano, en navidad puedo comer langostinos, aunque sean congelados y tiramos , vaya si tiramos.

Ahora, después de unos cuantos años, tengo la hipoteca casi pagada, al final acabaron subiéndome el sueldo, y conservo mi trabajo de funcionario, que tanto esfuerzo me costó en su día aprobar, estudiando y sacrificándome, mientras el vecino estaba seguramente en el bar con los colegas.

Por supuesto el vecino sigue de empleo precario a empleo peor, por la edad que tiene ni estudia ni pensamiento de hacerlo, de todas formas tampoco le iba a servir de nada, por supuesto aún tiene la deuda de la hipoteca, que heredarán sus hijos. A pesar de todo, yo no lo miro por encima del hombro.

Conclusión, la burbuja le explotó al que entró en ella, pues ya lo dice el refrán: Nadie da duros a pesetas, a veces esos duros se te van ha hacer eternos de pagar.