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jueves, 21 de diciembre de 2023

Ahora que se acaba el año.

 No, no es que me hayan callado ni cerrado la boca, es que me di cuenta de que de nada sirve protestar, es mejor actuar. No se puede cambiar al que no quiere hacerlo y no puedes arreglar aquello que está fuera del alcance de tus brazos.


Dejé de preocuparme de los demás y sólo lo hago de los míos, a mi edad me quedan un par de amigos mal contados, el resto, pues unos mejor y otros regular, de la mayoría ni sé, ni los espero.

De lo que si me he dado cuenta, es que hace mas de quince años tenía razón y los acontecimientos me confirman que no estaba errado, y por lo que tanto se me criticaba y repudiaba en diversos círculos, resulta que todo se está cumpliendo. Ahora ni agradecido ni pagado, ni falta que me hace.

La lista de mis ofendiditos es extensa y de mis odiadores, mas larga aún y seguro que sigue aumentando, pero al igual que en décadas pasadas, me la sigue sudando. Ni amenazas, ni insultos hacen mella en mi armadura, donde rebotan todas sus bajezas y pataletas.

Ya vi muchos calzoncillos bajados, muchas lealtades quebradas y muchos "Forever, forever" de usar y tirar, muchos puñales por la espalda, aquello del tira la piedra y esconde la mano, mucha amenaza de internet y demasiado mirar para otro lado cuando te cruzas con ellos.

En definitiva, los que me la sudaban hace veinte años, me la siguen sudando en éste y lo seguirán haciendo el que viene.

Al resto, a los que de una u otra forma aprecio, que paséis unas buenas fiestas con los vuestros y que el año que se aproxima sea productivo y lleno de triunfos. Al resto, pues eso, me la traéis floja, ni me callasteis, ni lo haréis jamás.