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martes, 30 de enero de 2018

Reflexión del día, LA LLUVIA


Rescatado del baúl de los recuerdos, me lo publicaron en la desaparecida Mondobiker...

LA LLUVIA 

Termino el turno del curro, diez de la noche, una noche negra como la boca de un túnel,
se acabó el buen tiempo y oscurece antes, me cambio, salgo a por la moto y empiezan a caer las primeras gotas.
El compañero con cara de alucinado me dice:”Si quieres te acerco, va a caer una buena”,
y le contesto:”No te preocupes, es solo agua, si fuera cerveza me verías tirado en un charco”,
 .Ja,ja,ja, nos reímos y el colega se va en su “lata”.
La cosa se pone mas seria, ya no son gotitas, son goterones y la cosa va a peor,
pienso que menos mal que llevo el traje de agua en las alforjas, me lo pongo,
me coloco el casco y las gafas de aviador, arranco y a la carretera. Empieza a llover a lo bestia,
llego al stop del cruce y no hay un alma, acelero y a rodar. Lo que era una simple lluvia se convierte en un diluvio,
el agua pica en la cara como si fueran agujas, acelero y el foco de la moto crea un túnel de luz en la cascada de agua,
retumban los primeros rayos, uno cae muy cerca, y ostias, pego un bote del susto,
no me cruzo con nadie y pienso:”Joder como me caiga van a tardar un rato en dar conmigo”.
 La carretera para mi solo, brilla como si estuviera bruñida,
 y lleno de emoción pego un grito de la leche:”AAAAAAAAAHHHHHHHHHH”,
me siento a gusto, llueve a cántaros, caen rayos y retumban los truenos,
pero me importa un comino, me siento realmente libre.
  Cuando llego a casa, mi mujer me mira como si estuviera majara, y me pregunta:
 “¿Te pasa algo?, ¡No veas que nochecita para coger la moto!”, y le respondo:     ”¡No te preocupes es solo agua!”.


martes, 23 de enero de 2018

Reflexión del día. Nuestras raices.

  Hace poco me cayeron cincuenta y dos tacos, de esos del calendario Gregoriano, y claro, te da por pensar, miras atrás y te pones algo melancólico, repasas de forma somera lo que ha sido tu vida, de donde vienes y hacia donde te diriges y te acuerdas de momentos vividos, de tiempos que no volverán.

Como sabéis, soy de Ceuta y aunque nacido en Sevilla, mis primeros pasos y recuerdos son de tierras africanas y además, por que me sale de los huevos, me siento mas "Caballa" que Hispalense.

Mi familia, mis amigos, mis colegios, mis primeros trabajos, mis primeros besos y canciones, son de allí, mis primeros veranos en la playa, mis primeras salidas los fines de semana, mis primeras ilusiones y mis primeros fracasos, en definitiva, soy lo que soy, por que lo he vivido en Ceuta, mi amor por el mar y el olor salitre, el agua salada que corre por mis venas y el viento de levante en mi cara, son los que han forjado mi carácter.

Cuando por cualquier circunstancia tienes que emigrar, por trabajo como fue en mi caso, es muy duro desligarte de todo eso, romper con todo y empezar desde cero en un lugar muy diferente, con gente a la que no conoces, no con otra cultura, pero si con otras costumbres, es una putada muy grande, no me quiero imaginar tener que irte al extranjero, pero son sacrificios que haces por los tuyos, no queda otra, hay que ponerse los arreos y tirar siempre para adelante, por poco que te guste y malas las condiciones de tu trabajo, pero es la única solución que conozco para prosperar.

La cuestión es que cuando bajo a mi tierra, lo que tengo en la memoria ya no existe, no reconoces a casi nadie, las nuevas generaciones llenan las calles y te sientes como un extraño en tu propia casa, personas, edificios, calles e incluso monumentos, pasaron a la historia. De los viejos amigos o familiares, pues, cada cual hace su vida, su rutina y tú eres digamos una anécdota, esa vieja amistad, esa camaradería, hace decenas de años que se esfumó. Eres un completo forastero en la tierra que te vio crecer. Tan solo perduran eso, los olores, los paisajes, que de pronto como un "Deja vu", te traen a la memoria momentos concretos y los fantasmas de tu juventud, que se esconden furtivos en cada esquina reconocida.

La vida sigue, claro está, y por suerte ahora gozo de estabilidad, económica y geográfica, que no es poco, como está la situación hoy en día. Tengo cientos de conocidos, muy buenos vecinos y amigos y sobre todo hermanos, que aunque no de sangre, comparten alegrías y penas con este que suscribe, algo muy raro en estos días que corren, donde cada cual va a lo suyo.

¿Hecho de menos mi tierra?, si por supuesto, pero es un espejismo, por que como comenté antes, mis recuerdos de Ceuta, son meras efemérides en mi calendario personal, de un tiempo ya caduco que no volverá, de otra forma de vivir, cuando disponía de muchos años e ilusiones por delante. Pero eso si, amigos míos, "Que nos quiten lo vailao".

martes, 9 de enero de 2018

Reflexión del día: Dejo el club.

No llevo en esto de la moto tanto tiempo como quisiera, pero si el suficiente para haber visto casi de todo.

En el mundo de los clubs moteros también me he movido un poco, conozco como funcionan la mayoría y con la perspectiva que te va dando la experiencia, vas viendo los fallos que van cometiendo los nuevos y el comportamiento que adopta el personal que se va incorporando a este mundillo, algo por otro lado por lo que hemos pasado todos, pues antes de monje hemos sido monaguillos y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra y yo el primero.

Cuando llevas unos años tirando de un Club para que siga adelante, te cruzas con mucha gente, amigos, simpatizantes, socios y sobre todo las relaciones con otros clubs. Pero hoy vamos ha hablar de los socios, el porqué la gente se arrima a un club y sobre todo los motivos por los que lo abandonan. Hay varios tipos de personas que deciden abandonar un club y por  los que he visto pasar por el mío que han sido muchos, estos son algunos ejemplos.

1º. El que nunca aparece, es un tipo de motero que pide ingresar en el club, se le explican las normas y se hace socio, a partir de ese día no lo vuelves a ver jamás, llega un día que te preguntas: "¿Fulanito sigue en el club?", normalmente se le invita a dejar el club, por que como le decimos: "Oye, veo una tontería que pagues una cuota y nunca participes, las puertas están abiertas seas o no socio para lo que haga falta".

2ª.  El que se esperaba otra cosa, este tipo de personas vienen con una idea preestablecida de lo que es un club, seguramente influenciado por las series de televisión o el cine, suele ser gente que lleva poco en esto de la moto, pero ya se ha pillado la equipación de primera división, parches de malo incluido, cuando ven que aquí no hay malos, ni vamos de lo que no somos, se aburren. Esta gente una de dos, o se van solos o se dan cuenta de lo que hay y se adaptan.

3º . El que se echa novia, de estos abundan como setas después de una lluvia de otoño. Son tipos activos, se hacen socios y están todos los fines de semana en el club, van a las rutas, fiestas y además son de los que le gustan organizar y promover actividades, vamos, el socio ideal. Pero llega un día en el que se cruza una moza en su vida, entonces se va produciendo la transformación, no de golpe, si no poco a poco. Ya no aparece tanto por el club, los fines de semana no se apunta a las salidas, por que está con la churri y cae en una espiral de auto-inmolación, al final la churri se sale con la suya, abandona el club y al poco no sale nunca con la moto y acaba vendiéndola.

4º. El divorciado o separado. Este caso viene a ser el contrario, de casado era un pendejo, con un cordel que le apretaba los huevos, en el momento que se ve en libertad, se desmelena, se pilla una moto y es el alma de la fiesta. Suelen durar como socios, a no ser que se cruce una churri en su vida, entonces ir al apartado 3º.

5º. El trabajador, son los que levantan España, nunca pueden apuntarse a ninguna actividad del club por que están currando o atendiendo su negocio, por lo visto el resto no trabaja, solamente ellos, mientras los demás pueden sacar tiempo para el club, ellos se deben a su sacrificado trabajo y a los demás nos pagan un sueldo por la cara, tú si te puedes quitar algo de tu tiempo libre para atender los asuntos del club, pero ellos no, son abnegados currantes y el club es algo muy secundario, normalmente se van solos, sin ellos el país se hunde.

6º. El que no se identifica, entre estos me he encontrado yo mismo, a la hora de apuntarse a un club, lo pintan todo muy bonito, no hay obligaciones aberrantes, no se es support de nadie, hay buen royo, se sale en moto y todo chupi-guay, hasta que los que dirigen el club deciden que hay que pasarse al lado oscuro o cambian las normas por que si. Entonces normalmente se van uno o varios socios, algunos dejan el mundo de los clubs para siempre, otros deciden hacer las cosas de otra manera y crean otro club, normalmente fracasan estrepitosamente.

Hay muchos mas motivos para abandonar un club, enfermedad, mala situación económica, sentimental o problemas de los que nos pone la vida en el camino, pero una cosa está clara, en el mío, seas socio o no, lo hayas sido o quieras serlo, las puertas están abiertas, por que una cosa no quita la otra, que son dos días y hay que pasarlo bien.