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jueves, 12 de noviembre de 2020

Malos tiempos

    No sé, no sé , hablan por ahí de una vacuna que empezará a rular en enero, el problema que yo veo no es la vacuna, si no el nivel de aborregamiento al que hemos llegado, creo no equivocarme si digo que muchas de las restricciones que nos imponen han llegado para quedarse, la censura en las redes sociales es una muestra, palabras como maricón, mongolo o moro son tabú y motivo de sanción, aunque las uses de un modo coloquial y no en un sentido racista u ofensivo. 

    El miedo ya no los han metido en el cuerpo, bueno a mí no tanto, pero el personal está ya programado para obedecer órdenes absurdas sin ni siquiera rebatirlas, como experimento social a la oligarquía política le está viniendo de perilla, jamás habrían pensado que toda una población se ofrecería voluntaria a tal clase de experimento, es aquello de apretar la tuerca hasta ver si aguanta la presión y cada semana un poco mas de par de apriete, mientras las masas aborregadas no solo se dejan manipular, si no que además se ponen del lado del estado que los reprime y les da argumentos, defendiéndolos mas allá de ideologías o siglas, como si estuvieran inmersos en una secta destructiva y el líder fuera un ser omnipotente y en posesión de la verdad absoluta.

   Creo que nos faltan al menos un par de décadas para que el pueblo se quite esta telaraña de miedo e incertidumbre, o al menos ponga los pies en el suelo y vea con otro prisma la realidad que nos rodea, pues nuestro modo de vida occidental de libertades y derechos está en grave peligro y la gente corre con los ojos vendados hacia el abismo, mientras canta el himno de su partido político.

   Le vamos a dejar a las futuras generaciones un panorama desolador o quizás soy yo un viejo carcamal y un cenizo, ¡Ojalá me equivoque!.



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