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martes, 21 de abril de 2020

Lluvia.

   Los que tienen moto se dividen en dos grupos, los que se han caído o los que se van a caer, con la lluvia pasa igual, están los que se han calado hasta los huesos, o los que lo van a hacer. Pero nunca serás un motero si ves nubes en lontananza y no pillas la moto, es de muy moñas no coger la moto por que caen cuatro gotas, diría mas, es de ser muy maricona.

   ¿A que coño viene esto?, pues si, sabéis que ahora con el teléfono sabes, no solo si va a llover, ademas a que hora y que cantidad, lo que hace que los huele-bragas te toquen los cojones cuando apareces en moto. Ejemplo práctico, ayer llego en moto al trabajo, y los dos primeros que veo: ¿vienes con la moto?, ¿Sabes que va a llover, verdad? el teléfono dice que esta tarde llueve, les digo: Si, por supuesto, para eso están los chubasqueros. El siguiente: Va a caer agua, ¿Lo sabes?, y yo contesto, ¿Agua nada más, no cae cerveza?, y así toda la tarde.

   Sobre las seis no llovía, diluviaba, con ráfagas de viento casi huracanadas y por supuesto los compañeros: ¡Anda tu que has venido en moto no veas!, ¿Es que tienes el coche averiado?, te vas a mojar, estas loco, encima calvo, flipao, moto caca, etc. esto último no lo dijeron, pero seguramente lo pensaron y todo aderezado con una cara de sorpresa e incomprensión. Por su puesto con mi cara impasible, como el que la cosa no va con él les contesto: ¡Bah, tengo un pacto hecho con el Creador!, cuando pillo la moto, la lluvia me respeta. Los otros: Claro , si,si, te vas a poner fino.

  Total varias horas lloviendo a lo bestia, dan las ocho y pico de la tarde y escampa, incluso sale el sol, poco antes de la diez, llega el relevo, me pongo la chaqueta y pillo el casco, mientras me dirijo a la moto le digo a los asustadizos: ¿Veis como Dios me respeta?, os lo dije, cuando cojo la moto las nubes me hacen hueco.

   Por supuesto llegue a Mazagón sin una sola gota en la visera, mas tarde sobre las once de la noche caía la de Dios es Cristo y yo frente a la chimenea sonreía malévolamente.

harley-davidson | Harley davidson, Harley, Lluvia


jueves, 9 de abril de 2020

Edición limitada

   Ahora con esto de la gripe china nos damos cuenta de que estamos de paso y cuando te toca, pues adiós y la vida sigue, no queda otra. No haré aquí referencia a lo que me corroe las entrañas con nuestros políticos.

   Los de nuestra generación, somos una generación única, ni mejor ni peor, pero con unas características que nos hacen especiales, nos criamos con la tele en blanco y negro, La casa del reloj, los Payasos de la Tele, Un globo, dos globos, tres globos, El hombre y la tierra, Jacques Cousteau y el Un, dos, tres. Mas tarde, mucho mas tarde llegaría el color, Mazinguer Z, Marco, Heidi, La casa de la pradera y solo había dos canales.

Pasamos del teléfono de ruleta y la calculadora de bolsillo, al teléfono móvil y el ordenador personal, del frío en invierno y el calor estival, a la calefacción y el aire acondicionado. Cagábamos en un cubo y no disponíamos de agua corriente, mucho menos caliente, si no era en una olla, del baño en el barreño de cinc los sábados y dormir cuatro en la misma habitación.

Hacer la comunión con un traje prestado y vestir ropa de segunda o tercera mano, sandalias de goma en verano y zapatos Gorila en invierno o las botas de agua, andar mas de un kilómetro a diario para ir al cole, lloviera o hiciera calor. Estudiar con libros usados y respetar a los profesores como si fueran nuestros padres. El trozo de pan con dos porciones de chocolate para merendar y aquello de las lentejas, si quieres las comes y si no también. Escuchábamos a nuestros padres y abuelos y respetábamos a toda persona adulta, nos enseñaron a ceder el paso, el asiento y decir por favor o gracias.

Fuimos contemporáneos de Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Elvis, los cuatro Beatles, Jim Morrison, Bob Marley, Nino Bravo, Tino Casal, Cecilia, Camilo Sexto y otras muchas leyendas de la música, tanto foráneas como españolas, vimos nacer géneros musicales, como el Heavy Metal o el Tecno y morir otros, como la música Disco. Ibamos al cine donde comenzaban sagas como La guerra de las galaxias o Indiana Jons, vimos a un extraterrestre decir "Mi casa" y otro abrir boquetes en el pecho, un gran tiburón blanco y una poseída, a la que la cabeza le daba vueltas.

Tuvimos, el que podía, bicicleta, mas tarde un Vespino, luego el carnet y el primer coche, un Dyane o un 127 usados, por descontado que tardábamos mas de un año en pagar. El primer trabajo, a veces agotador para un chaval de 16 años, los primeros sueldos, el servicio militar obligatorio, el primer amor, los primeros besos. Los amigos, esos que luego son para toda la vida.

Vivimos guerras ajenas, desastres naturales y varias crisis, pero de una u otra manera tiramos del carro, si, estamos hechos de otra pasta, quedamos pocos, nuestra antorcha se va apagando. Miramos atrás y da vértigo como ha cambiado todo, pero a pesar de todas las comodidades y avances, tenemos los pies en el suelo, nos conformamos con poco y valoramos lo que tenemos.

Si amigos, somos una especie en extinción, una edición limitada, muchos amigos van quedando en el recuerdo, eran otros tiempos, no mejores quizás, pero mas plenos o quizás la nostalgia me hace escribir tonterías, pero si has nacido en los sesenta o setenta, seguro que entiendes lo que digo.

Cuidaos, pues somos los últimos de nuestra especie.




martes, 7 de abril de 2020

Idolos de cartón.

   Pues si amigos, se que muchos me leéis, allá vosotros, yo no pido a nadie que lo haga, la verdad es que me tomo esto como una especie de terapia, para espulgarme de cosas que llevo dentro, pero no me considero un icono, alguien a quien preguntar o seguir.

  Dicho esto, puedo escribir sobre gente que si se lo cree, es el tipo de personal que tienes en una especie de pedestal, hasta que lo conoces o tratas con él, de esos que viven de la fachada, los que han ido mas lejos, los que saben hacer esto y lo otro, aunque luego te enteres que son unos chapuzas de campeonato, que han viajado, vivido, visto y aprendido mas que nadie, los pioneros en su ciudad, los auténticos, los que te dicen como, donde y cuando, los que te explican que hay unas reglas establecidas que hay que respetar, pero son los primeros que bailan al compás de quien maneja los hilos. Marionetas de vivos colores, pero al fin y al cabo muñecos que como buenas veletas, giran según sople el viento, los del beso de judas, las treinta monedas de plata y el trago amargo.

   Estos personajes, como buenos embaucadores, atraen como un imán a incautos como yo, que quedan deslumbrados por las luces de neón, por la fachada y la reputación, por su pose y por su lenguaje de entendido y experimentado. Al menos muchos nos damos cuenta a tiempo y evitamos meter las piernas en el barro, otros se dan cuenta demasiado tarde y es que tengo como una especie de sexto sentido para ver venir a los falsos, pero nadie escarmienta en cabeza ajena.

    Así que amigo que me lees, no te creas todo lo que te cuentan, no te dejes impresionar por las luces y colores, juzga al personal por sus actos y no por su fachada, pues hasta los mas grandes decorados al fin y al cabo son de cartón piedra.

36.- EL SALVAJE OESTE… DE ALMERÍA | TRAS EL ESPEJO Y LA TORRE...