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lunes, 28 de diciembre de 2020

Las canas y la educación.

De pequeño me enseñaron que hay que respetar a las personas mayores, el problema es que ya voy perteneciendo a ese sector acotado de las personas mayores, por eso me jode tanto cuando alguien aún mayor que yo, que medio los cincuenta, me toque los bemoles en Fa sostenido.

La cosa es que esta mañana temprano, por aquello de las interminables colas, con mi jefa, nos desplazamos a la capital de la provincia onubense, tenía que hacer gestiones en el banco, ese lugar siniestro donde habitan seres sobrenaturales, que te chupan la vida y no tienen colmillos.

Total, llegamos a las ocho y media mas o menos y por suerte solo habían tres personas delante. Doy los buenos días, pregunto quien va el último y me quedo esperando a que me toque, hasta aquí normal. 

Como media hora de espera y le va a tocar al que va delante mía, en esto que llegó el listo del día, si, el avispado tempranero, que pide la vez pero al ver entrar al que me precedía y con todo el descaro del mundo se cuela diciendo"¡ Es solo para hacer una pregunta!".

El personal que hacía cola y en esos momentos superaba la docena, rajando, "Que vaya cara, que se va a colar, etc...", eso si, por lo bajini, yo oliéndome la pescada, pues el abuelete se quedó dentro de la oficina por todo el morro, esperando que el otro terminara, entonces me acerco al cristal, pego y cuando me mira le hago gesto de que yo voy antes que él, entonces el tipo sale y me repite en mi cara, "¡Que es solo una pregunta!", por su puesto le digo, que de preguntas nada, que yo también tengo que hacer una pregunta y estoy esperando, entonces ya el tipo se puso chulango, que si patatín que si patatán, y el personal en el tendido expectante, por si me empitonaba, yo a lo mío, "Vamos a ver, se ponga como se ponga, delante mía no va a pasar, que tiene usted para la edad que tiene muy poca vergüenza", ufff, no veas el colega como se puso, a un palmo de mi cara, que si lo estaba insultado, que si yo me creía que lo iba a asustar por que soy muy fuerte, y no se qué cuantas milongas mas, y yo claro, en mis trece, llevo media hora esperando y de eso nada. menos mal que no me levantó la mano, no es que fuera a darle, tengo principios y aguante para eso y mucho mas, pero un empujoncito se iba a llevar. Seguro que es el tipo de persona que lo ha hecho otras veces y le ha salido bien, hasta hoy.

Eso si, se hizo un silencio sepulcral entre todos los pelagatos, que de boquilla y por detrás rajaban, pero nadie puso en su sitio al sinvergüenza y caradura. Solo faltó que alguno sacara el teléfono para colgarlo en Youtube.

Lo que me vuelve a demostrar que las canas no dan educación, mas bien acentúan los malos hábitos, salvo que des con alguno como yo.

Total, que entro con la señora, hago mis gestiones y aquí paz y después gloria. Y allí quedó haciendo cola, por supuesto y con mas mala cara que un mulo asomado a un barranco.

Y es que no hay día que tropieces con tu ración de gilipollas, a veces tienes primer plato, segundo y postre. ¡Es que lo que no me pase a mí!

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