Pues si, como comenté tras 28 años, soy otra vez civil, tan sólo llevo unos días desconectado del cordón umbilical de la empresa verde. La verdad sea dicha, no sé como se lo tomarán otros compañeros que pillan el retiro, yo estos días he estado pensando un poco.
Siendo sincero, no lo echo de menos para nada, es más, siento como si estos 28 años hubieran sido en vano, como si no hubieran servido de nada, no me han hecho mejor ni peor persona, tan solo me han dado algo mas de experiencia y he visto la parte peor y desagradable del ser humano, la que nadie quiere ver y nos pagan a nosotros para ello.
Pero llega un día en el que te vas y listo, no hay fanfarrias, abrazos, palmadas en la espalda ni tan siquiera el saludo de un jefe, simplemente dejas de existir para tu empresa, esto viene bien recordarlo para los gañanes que creen que van a heredar a la Guardia Civil, que cuando se vayan le van a dar un trozo del cuartel o la rueda de un Terrano. No, so imbéciles, simplemente llega un día que ni estás, ni le importas a nadie, sobre todo si eres como yo, que siempre he nadado contra corriente, un sindicalista revolucionario en una empresa de pazguatos, borregos y chivatos, con jefes que no quieren perder ni un centímetro de sus privilegios.
Lo mejor es haber tenido un sueldo, que aunque escaso comparado con otros cuerpos policiales, ha sido fijo y me ha permitido con muchos sacrificios, tener lo que disfruto hoy en día y sobre todo la cara de agradecimiento de la gente desconocida a la que he socorrido, ayudado de una u otra forma o he sacado de un apuro. Es lo único de lo que me voy a acordar, el resto ha sido eso, tiempo perdido.
Ahora empiezo mi nueva vida.
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