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miércoles, 9 de agosto de 2017

Reflexión del día. A mis queridos hijos de puta.

Un día cualquiera, suena la alarma del móvil, pego un bote y miro el reloj, las cinco menos cuarto de la mañana. Me estoy meando, voy al cuarto de baño y mientras meo, empieza mi alma a volver al cuerpo, aún no se donde estoy, me miro en el espejo y mi cara es un poema, los años han dejado huella en mi rostro, me lavo el careto  y voy al comedor, donde tengo la mesa preparada de la noche anterior, pongo pan a tostar y dos dedos de café en una taza en el micro. Enciendo la tele flojita, para no despertar al personal, pongo veinticuatro horas noticias, para ver si el puto mundo sigue aún girando, mientras, ha sonado el "Pí,pí,pí" del micro y al poco el del tostador, me siento a desayunar y en las noticias la misma mierda de siempre, Venezuela, la corrupción, los tontos antisistema y su puta madre.

Termino de desayunar, me cepillo los piños y saco al chucho, la mañana está fresca, a la vuelta, cargo la mochila en la moto, me pongo mi viejo dos cuartos de la mili y saco la moto del patio, y la rutina de siempre, gafas, casco y guantes. Me monto, tiro del aire y giro la llave, la luz del faro ilumina la fachada, los testigos de aceite, agua y pata de cabra se encienden, subo la pata y quedan los dos rojos iluminando el panel, doy al contacto, se apagan y el escape atrona en el silencio de la madrugada, meto primera y a salir.

Lo primero que encuentro en mi misma calle, son los resaltes de plástico que atornillaron hace poco los del ayuntamiento, pero da igual, en mi barrio hay varios hijos de puta que se los saltan a la misma velocidad que cuando no estaban. Salgo de la barriada y me cuelo por el paso de peatones, así me ahorro ir a la rotonda de salida de la otra punta. El muñeco rojo del semáforo me hace un guiño y salgo para Huelva.

A un par de kilómetros, la carretera está hecha una mierda, me conozco cada bache y cada grieta, por eso las voy esquivando, llego a la rotonda de refinerías y como no, las luces apagadas, la rotonda en si es un peligro, mas baches y señalización horizontal desvaída,  es la tónica hasta que pasas la rotonda de la Rábida, empiezas el tramo de autovía y cuando llegas al puente de Colón, todo se transforma en una pista de enduro, si no vas atento, el carril derecho hace que se te caigan los empastes, sigo todo recto y pasando el puente el asfalto es una puta mierda.
Ahora mejora la carretera y sigo hasta la primera salida, hago el "scalextric" y cuando llegas a la rotonda, eso ya clama al cielo, aquí lo que queda de asfalto es una salvajada, como pases de diez por hora, vas al suelo, amén de un guardarrail que hace esquina y está deformado por algún porrazo, si caes ahí, te destrozas. Continuo hasta el Nuevo Colombino, para incorporarme a la avenida Montenegro, la cual evito por que algún iluminado la ha llenado de peraltes, los dos últimos, también de material plástico y un par de metros de largo, que te revientan los amortiguadores, de esta forma solo pillo uno y finalmente llego al curro.

Entonces pienso a donde coño irán a parar mis putos impuestos, iva, ibi, itv, directos e indirectos y sus muertos, me vuelvo a preguntar por que se gastan tantos millones en putos helicópteros Pegasus, por que el tío del rádar se pone bien escondido en un paso a sesenta por hora y no van a la calle de mi barrio donde se la toman como un circuito, por que y mas por que...

Es entonces cuando me acuerdo de toda esta panda de bastardos, que de una u otra forma nos gobiernan y de todos los tontos del culo que les votan.

Es por eso y por muchas cosas mas, por las que me acuerdo de todos y cada uno de ellos, en definitiva, por que son mis queridos hijos de puta, va por vosotros.

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