Reflexión del día. ¡Quien te ha visto y quien te ve!

Ayer tuve que ir al médico, tengo la rodilla jodida, así de buenas a primeras , sin lesión previa ni nada, misterios del cuerpo humano, pero jode tela. Total, que en la sala de espera me encuentro con un compañero de curro, estamos charlando y llega un señor mayor, aparenta mas de setenta años, medio calvo, canoso y con un bigote característico que hizo que lo reconociera a la primera, se lo indiqué al compañero y le dije quien era, aunque el quedó algo incrédulo, y le dije que si no era él, era un clon suyo.

Este hombre enjuto, de estatura mediana, vestía con unos zapatos baratos, pantalones negros y un jersey azul oscuro, tenía un aspecto anodino, nadie se fijó en él ni siquiera repararon en su presencia, cada cual a lo suyo. Se puso a mi lado a un palmo de distancia, ha arreglar varios papeles que llevaba encima, mientras, sin que el se diera cuenta, yo lo observaba y me puse a pensar.

 Este tío en su día tuvo en jaque a la Guardia Civil y a la Policía, saltó de un tren en marcha para evadirse cuando lo llevaban al penal, se fugó de una cárcel, se le acuso de robos varios, fugas, echarse al monte y una serie de aventuras y fechorías, de las cuales se han escrito miles de páginas, se han hecho películas e incluso el grupo de música Boney M le dedicó una canción. Además ha escrito varios libros, se sacó la carrera de derecho en la cárcel y por tiempo fue una estrella mediática.

 Mientras yo pensaba todo esto, la de aventuras y locuras que había pasado ese hombre mayor que yo estaba observando, al cual creo que nadie en la sala, siquiera advirtió quien era, en mi cabeza se mezclaban pensamientos, de como los años apaciguan quizás el carácter, o a lo mejor el cambio de los tiempos que nos ha tocado vivir, han cambiado las costumbres de la sociedad, los modos o vete tú a saber, igual hoy en día no hace falta robar gallinas para comer, pero mientras yo lo miraba de reojo pensé que menudos cojones tuvo que tener este tipo, delgado y de aspecto cansado, eso si, el brillo de sus ojos seguía ahí, con algún destello de rebeldía, algo que le caracterizó y le hizo famoso en toda España e incluso fuera de nuestras fronteras.

Igual ya lo habéis adivinado, el señor que estaba a mi lado era Eleuterio Sanchez, alias "El Lute".