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lunes, 13 de noviembre de 2017

Reflexión del día. Una avioneta se estrella en Connecticut.

Si, tristemente ayer otro Guardia Civil se suicidó, ya van seis o siete en lo que llevamos de año.
Los mas sesudos pagados por el estado dirán que se debe a la casualidad, que el porcentaje no es superior al del resto de ciudadanos, (Siendo el mas alto de Europa por colectivos), que son por causas ajenas a su empleo y una larga perorata de despropósitos, siempre negando la mayor, echando balones fuera, cobardemente, sin afrontar la realidad, sin morder la mano que les da de comer.
No se que pasaría si todos hiciéramos unas pruebas psicológicas por una empresa ajena al estado, igual nos llevábamos muchas sorpresas.

Esto llega a ser tan estrambótico que los encargados de evaluar el comportamiento de sus subordinados son los comandantes de puesto, que son los que valoran si el guardia que está destinado en su unidad tiene un comportamiento algo rarito, como si estuvieran capacitados para detectar conductas extrañas en los guardias bajo su mando.

Lo que no arreglan nuestros jefes, es lo que todos clamamos a voces: Mejores condiciones laborales, trato mas humano con la gente que está a su cargo , ojo que digo algunos, no todos, por que haberlos haílos, que mas que jefes son negreros que pisan la integridad y la moral de sus guardias, amparándose cobardemente en galones y estrellas, siendo algo normal que por llamar maricón a un sargento, pises cárcel, mientras este te hace la vida imposible en el día a día en tu trabajo, y no tengas posibilidad de que adopten medidas sancionadoras contra el, pues la mierda siempre cae para abajo. Y si por casualidad pierde el susodicho el juicio, se hace cargo el estado de las costas y siempre sale de rositas, aun que se demuestre que no lleva razón.

Si a todo esto le sumamos unos medios normalmente desastrosos, como en el atraco de la otra semana, que unos vecinos aficionados a la caza le dejaron a los guardias sus chalecos antibalas en un tiroteo, o vehículos con mas kilómetros que el Sputnik, sin un turno de trabajo fijo, sin saber que días vas a trabajar o librar al mes siguiente y a eso le sumamos un sueldo mísero para una profesión donde te puedes jugar el pellejo cualquier día y donde portas un arma, con la responsabilidad que ello conlleva, entonces imagina tener un jefe impune que te aprieta las tuercas, entonces te conviertes en una olla a presión sin válvula de escape, donde cualquier pequeña presión hace que todo explote.

Yo ni soy psicólogo ni psiquiatra, ni tengo nociones avanzadas del comportamiento humano, pero si tengo algo llamado lógica y raciocinio, y todo lo que veo en mi trabajo encaja como las fichas de un puzzle , es un suma y sigue, y a algunos cuando les añades problemas familiares o económicos a todo lo expuesto anteriormente, igual tira por la calle de en medio y un buen día decide que para qué vivir, que mejor pillar las de Villadiego y que le den porculo a todo.

Esta mañana pongo la televisión y unas de las noticias es una avioneta que se estrella en Connecticut, los ocupantes muertos, pero de nuestro Guardia suicidado, ni un mísero comentario, y es que no le importamos una puta mierda a nadie.

Descanse en paz el compañero, y cuidaos, nadie lo hará por vosotros.


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