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jueves, 6 de septiembre de 2018

25 años no son nada.

  Si, es que son veinticinco años en la empresa verde botella. En el noventa y tres, con veintisiete años, estaba afilado como una navaja, y el temario memorizado, todo listo para los exámenes y quedé el segundo en puntuación de Ceuta. Fueron nueve meses de preparación, currando en un gimnasio once horas diarias y quitándome hora y media del almuerzo, para ir a clases particulares.

Luego nueve meses de academia en régimen carcelario, donde no había ni papel higiénico y salias en chanclas a la nieve para ir a las duchas, aguantando muchos hijos de puta.
Después un año de prácticas en la famosa barriada del Príncipe, de Ceuta, donde tuve lo que se viene a llamar, una terapia de choque, ahí vi realmente lo que era la Guardia Civil, pues tras el decorado de cartón piedra, ves la realidad de este instituto.

Luego de un día para otro, te dicen que tienes quince días para preparar todo, pues te vas destinado a tomarporculo a la España profunda. Deja todo lo que conoces, familiares, amigos, lugares conocidos y vete a la sierra norte de Madrid, pilla a la familia y vete a un cuartel de mala muerte y con mas años que Espartero, con tu familia, donde el estuco se caía con la humedad, no te queda otra opción que vivir allí, pues la mierda de sueldo no da para un alquiler.

Llegas allí con los paisanos que te miran como si te perdonaran la vida, te hacen el vacío o intentan putear a las mujeres en los comercios, al cabo de los años haces buenas amistades e incluso algunos intentan que no te marches. Pasas frío, pero no como aquí abajo, frío de cojones, te putean prestando servicio a pié a veinte grados bajo cero, por que eres de los "Sindicalistas y protestones", o a mas de cuarenta grados en verano. Tienes jefes que son unos perros sarnosos , de malos que son, pero hay supuestos "Compañeros" que los hacen buenos, entre los compis, haces amistades con algunos, a otros te dan ganas de retorcerles el pescuezo.
Al cabo de varios años, a los que mi mujer y yo llamamos "El limbo", podemos pedir a Andalucía, me establezco en Mazagón, y tras varios destinos, termino en el puerto de Huelva.

En estos veinticinco años he visto de todo, bueno y malo, corrupción y gente noble y legal, muertes, heridos, ahogados, ahorcados, pero también auxilios, rescates, niños perdidos y encontrados y sobre todo, caras de agradecimiento, solo por eso, merece la pena.
 Frío y calor, horarios de mierda, medios africanos, órdenes absurdas, burocracia aún mas, jefes buenos y otros unos bastardos, pocos compañeros y muchos trepas pelotas rastreros, capaces de vender a su madre para medrar, otros a los que he tenido que enseñar los dientes, y los menos, amigos.

Después de tanto tiempo, he sufrido lesiones, intentos de apuñalamiento y agresiones, accidentes, y secuelas psíquicas, como son insomnio, cansancio y alguna baja psiquiátrica.

También he luchado por mis derechos, desde que nuestro sindicato era digamos alegal, hasta la fecha, he participado en numerosas reuniones, manifestaciones, incluso de uniforme. Aunque aún no tenemos turnos fijos, sueldo digno y queda mucho por mejorar.

En enero me quedarán tres años para poder retirarme, echando la vista atrás, ha resultado duro, a veces exasperante tirar del carro, pero al menos puedo contarlo. Veinticinco años de penas y glorias, con mi Rosa, al lado mío, en lo bueno y en lo malo, creo que ahora disfrutamos de un destino y unas mieles, que nos hemos ganado a pulso.

A los que empiezan ahora, solo decirles que es mucho lo ganado, pero a ellos les corresponde tirar de este carro y luchar por lo suyo, a los que nos queda poco, ya nos hemos batido el cobre.

Bufff, que cuesta arriba se ha hecho, pero otros han quedado en el camino.


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