Hace unos días por casualidad, navegando por la red leí algo que me dejó conmocionado, me explico.
A finales de los ochenta y principios de los noventa, yo estaba muy metido en el mundo de las pesas, amén de que vivía de ello, trabajando como entrenador en un par de gimnasios de Ceuta, por aquel entonces teníamos en el mundillo algunos héroes a los que admirar, y no hablo del panorama internacional, cuando Lee Haney dominaba el cotarro con varios Misters Olimpias, si no a los pioneros a nivel nacional, Salvador Ruiz, Juan Carlos Lopez, entre otros y especialmente el gaditano Angel Illescas, en Ceuta era una especie de gurú, todo un referente, de hecho cuando competí, la dieta de definición que llevaba era dictada por él, por mediación de un amigo que lo visitó y le pidió consejo.
Recuerdo la envidia sana que sentía cuando lo veía en la publicidad de alguna revista de entonces, el tipo tenía tamaño y en competición iba definido, además posando era todo un artista.
Pues según leo, murió en el año noventa y siete a causa de unos tumores en el cerebro, causados por el uso de la hormona del crecimiento, tenía solo cuarenta años.
A veces cuando veo a los mastodontes que compiten hoy en día, me pregunto que cantidad de cosas se meterán, ya no solo los profesionales si no la cantidad de chavales que llevan dos días entrenando y ya están hasta las cejas de meterse anabolizantes, siendo esto último lo menos nocivo y lo que habrá avanzado el tema del dopaje desde los noventa para acá.
No se si tu que me lees, los usas o lo que es peor, abusas de ellos, la vida es muy larga si la aprovechas bien y las barbaridades que cometas, dejarán huella en tu cuerpo. El hacer el burro en el gimnasio deja secuelas, yo por ejemplo no tengo lesionada la espalda, pero cuando hago sentadillas con barra, me jode bastante, consecuencia de hacerlas con veintitantos años con doscientos kilos.
¿Merece la pena alimentar tu ego?, echando la vista atrás me doy cuenta que hubiera obtenido los mismos o mejores resultados entrenando de forma mas inteligente y no dejándome llevar por lo que leía en las revistas, otros , pues eso, acabaron lesionados de por vida o lo que es peor, dejando la salud o la vida en el camino.
Así que tu mismo, la vida sigue y las lesiones quedan.
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