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lunes, 28 de marzo de 2022

Netflix y demás hierbas con la integración.

 

Tanto nos quieren meter con calzador aquello de la integración, tanto racial como de sexos que uno se satura y he dejado de ver películas protagonizadas por gente de color, ni donde las mujeres hagan el papel que siempre ha tenido el hombre, sería ilógico poner a hombres embarazados y dando a luz, pues algo parecido pero al contrario. Lo están haciendo con la mujer en el cine.

Por otro lado, las políticamente correctas se pueden ir jodiendo con la integración de tíos que se sienten mujeres, arrasando en las categorías femeninas deportivas, un tipo que como hombre igual estaba el trescientos y pico en su disciplina, de buenas a primeras dice que es una tía y bate records mundiales y ellas como gilipollas, a tragar sapos y culebras, por si las tachan de intolerantes y homófobas. Yo cada vez que veo estas cosas me parto el ojete, o sea toda tu vida entrenando y ahora un Manolo cualquiera que ahora dice llamarse Sandra, te vapulea, no por que sea mejor deportista que vosotras, tontas del culo, si no por que la naturaleza lo ha dotado de mayor musculatura por ser un tío de pelo en pecho, y vosotras os quedáis con cara de gilipollas viendo como Manolo, ahora Sandra,  se lleva las medallas y vosotras, estúpidas quedáis como segundonas y espero el día que sean tres o cuatro Manolos transformers los que copen el podio, que todo llegará.

No chavales, la integración no se fuerza ni retuerce, la integración ha de ser algo natural, no eres mejor ni peor por el color de tu piel o por lo que tengas entre las piernas, eres mejor por que te superas y estás mas preparado que el resto, mientras no sea así, serás algo forzado, que no encaja ni pega, será la ficha de otro puzle diferente, que alguien ha metido en el tuyo a martillazos y no te engañes, lo notamos todos, incluso tú.

lunes, 21 de marzo de 2022

Aquellos locos del deporte.

 A finales de los 70,s no se veía a casi nadie corriendo por la calle. Eso de hacer deporte era de cuatro majaras. Con doce o trece años empecé a correr y entrenar de forma autodidacta, recordad que no había información, ni escuelas de atletismo, al menos que yo recuerde en mi ciudad, Ceuta, estaba el Club los Delfines, donde se practicaba piragüismo y halterofilia, pero yo estaba en otras cosas, de hecho años mas tarde me apunté a Halterofilia con el fallecido Alfonso, pues estaba muy canijo y quería desarrollar algo de masa muscular, tras un par de meses, me di cuenta que no era lo mío, pero eso es otra historia.

A lo que iba, siempre hice deporte, la película Rocky del 76 tuvo mucha culpa, ver a Sylvester entrenar, levantar pesas y ponerse fuerte me alucinaba y sobre todo eso de correr. Vivía en el Recinto Sur, al lado del bunquer, me ponía las zapatillas y a darle la vuelta al Hacho, ir hasta la frontera del Tarajal o bajar hasta la Puntilla, eran recorridos habituales que hacía casi a diario, en la azotea de casa tenía también algunas pesas hechas de latas y cemento y un tablón que con mi primo robamos de una obra en el puerto, lo usábamos de banco y para hacer abdominales, la llevamos entre los dos en lo alto de mi Vespino hasta el Recinto, imaginad la escena.

 La cuestión es que a veces iba a correr ya con 16 años, antes o después de currar, en invierno todo oscuro era una odisea darle la vuelta al Hacho, me guiaba por las líneas centrales de la carretera, cuando veía la luz de un coche, me echaba al lado y después seguía por el centro, por que no veía casi por donde iba, hasta que llegaba a la zona de la bolera y por fin había farolas. 

Había días que me levantaba a las siete, iba a correr, luego ducha de agua fría, pues en casa no había calentador de agua y después de desayunar, al trabajo.

Lo curioso del asunto es no me cruzaba con nadie corriendo, lo habitual era hacer kilómetros y kilómetros y cruzarte igual con uno o dos corredores y no todos los días, así que imaginad por el Hacho de noche.

Hace unos años bajé a Ceuta por un asunto familiar, andaba por el tanatorio y alucinaba con la cantidad de caballas que pasaban corriendo, andando, en bici, con perro, en grupo o en solitario, era un constante ir y venir de gente. Entonces me acordé de aquel chaval con su chándal barato y sus primeras Adidas que le costaron un pico de su sueldo, aquellos kilómetros en solitario, con frío y oscuridad, sin carril para correr, al que lo movía su juventud y su afán de superación.

Me pregunto cuantos de estos de ahora, correrían en aquellas condiciones. Si, eran otros tiempos, pero también estábamos hechos de otra pasta. Es una alegría, por otro lado, ver como ahora el deporte es algo natural y no una rareza de cuatro locos. Y sobre todo como han mejorado las infraestructuras para que se pueda realizar con mas seguridad. 

jueves, 17 de marzo de 2022

Mi tierra

El otro día mi mujer y yo, hablábamos con otro caballa en Sevilla, de cuanto tiempo hacía que no bajábamos, de donde nos hemos criado y de todo lo que se cuentan unos paisanos cuando se ven.

 

Coincidíamos que la Ceuta de nuestros recuerdos ya no existe, salvo en nuestros sueños. Las calles han cambiado, las generaciones no son las mismas, los lugares y los rincones son distintos.

La Ceuta de nuestra memoria, ya no existe, somos extraños en nuestra propia tierra, vas por la calle y nadie te conoce, los amigos de entonces, si queda alguno, tienen su vida ajena a tí, te sientes un visitante a una ciudad nueva.

 

Compensa el recordar los lugares donde creciste, las primeras aventuras de niño, tu antiguo barrio, donde diste tu primer beso, tu primer trabajo y un largo etc... Y no nos engañemos, no fueron tiempos ni mejores, ni peores, los recordamos con cariño, pero el progreso es una máquina que arrasa con todo, al menos nos quedarán las fotos y las anécdotas de nuestra vida, que no es poco.

 

Venga, un saludo a mis paisanos. 




domingo, 6 de marzo de 2022

Tito Pepe

No se por donde empezar, recuerdo de niño que mis referentes eran mis tíos, los cuatro cuñados, los dos Rafaeles y los dos Pepes, uno de ellos mi padre, el que falleció primero. 

Mi tío Pepe falleció ayer. 

Eran unos tipos que a sus hijos y sobrinos nos inculcaron aquello de que las cosas se consiguen con trabajo y esfuerzo, gente de la vieja escuela, que lo dieron todo por nosotros, dejándose el pellejo y la salud por el camino. Mucho de lo que soy ahora se lo debo a ellos, pero en mi corazón mi tío Pepe tenía un lugar especial. Mis primeros recuerdos son de aquellos Reyes Magos que nos despertaban de noche y nos tiraban caramelos en la cama, un Baltasar que nos sonaba de algo, pero ya sabéis, de niño todo la magia es posible, muchos años mas tarde ese mismo Baltasar iría a visitar a mi hija y también le tiraría caramelos y le llevaría juguetes.

Mi primer trabajo fue con él un verano, donde me enseñó a ser honrado, obedecer y saber lo que cuesta ganar un sueldo, mas tarde me buscó el que sería durante unos años mi segundo trabajo.

Mi primera moto, mi primer coche, él movió los hilos para poder comprarlos, en mi boda fue el chófer uniformado, con el cachondeo que manejaba siempre, en fin, son tantos y tantos recuerdos y todos buenos, que Rosa y yo no podemos tener otro recuerdo de él que no sea el de gratitud y cariño. 

Hace unos años, tuvimos una larga charla, de temas familiares, comimos juntos y como siempre me dio buenos consejos, es el último recuerdo que tengo suyo.

Se nos ha ido el tito Pepe, "El del bigote", como aún le llama mi hija, se nos ha ido el último cuñao, se nos ha ido parte de nuestra alma.

Tito, descansa en paz.

En la foto, el día de mi boda.



viernes, 4 de marzo de 2022

¿Será por efemérides?.

 Leo que es 106º aniversario de la boda de Zenobia y el premio Nóbel, Juan Ramón Jiménez.

Oye, es un orgullo que una población española cuente entre sus habitantes con un escritor de tanto renombre y premiado con tan alto galardón, pero esto de las celebraciones creo que tiene un límite, pues se celebra su nacimiento, su defunción y ya puestos, el día de su bautizo, de su primera comunión, de cuando se sacó el carnet de conducir, su primer beso, del fin de curso en el cole y de cuando su novia le hizo un paja por primera vez.

En fin, creo que se pasan un poco con éste tipo de celebraciones, ¿Qué pasa?, que si a Moguer le quitas a Juan Ramón, ¿No hay nada más?...

Esperaremos a ver cual es la siguiente, por supuesto que no tengo ni idea de donde sale el dinero para todas estas movidas , me temo que del I.B.I. que pago todos los años, algo irá a parar a la celebración de la boda de éste escritor.

Esperaremos a la siguiente efeméride, se aceptan apuestas.