Tanto nos quieren meter con calzador aquello de la
integración, tanto racial como de sexos que uno se satura y he dejado de ver
películas protagonizadas por gente de color, ni donde las mujeres hagan el
papel que siempre ha tenido el hombre, sería ilógico poner a hombres
embarazados y dando a luz, pues algo parecido pero al contrario. Lo están
haciendo con la mujer en el cine.
Por otro lado, las políticamente correctas se pueden ir
jodiendo con la integración de tíos que se sienten mujeres, arrasando en las
categorías femeninas deportivas, un tipo que como hombre igual estaba el
trescientos y pico en su disciplina, de buenas a primeras dice que es una tía y
bate records mundiales y ellas como gilipollas, a tragar sapos y culebras, por
si las tachan de intolerantes y homófobas. Yo cada vez que veo estas cosas me
parto el ojete, o sea toda tu vida entrenando y ahora un Manolo cualquiera que
ahora dice llamarse Sandra, te vapulea, no por que sea mejor deportista que
vosotras, tontas del culo, si no por que la naturaleza lo ha dotado de mayor
musculatura por ser un tío de pelo en pecho, y vosotras os quedáis con cara de
gilipollas viendo como Manolo, ahora Sandra, se lleva las medallas y vosotras, estúpidas
quedáis como segundonas y espero el día que sean tres o cuatro Manolos transformers
los que copen el podio, que todo llegará.
No chavales, la integración no se fuerza ni retuerce, la
integración ha de ser algo natural, no eres mejor ni peor por el color de tu
piel o por lo que tengas entre las piernas, eres mejor por que te superas y
estás mas preparado que el resto, mientras no sea así, serás algo forzado, que
no encaja ni pega, será la ficha de otro puzle diferente, que alguien ha metido
en el tuyo a martillazos y no te engañes, lo notamos todos, incluso tú.
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