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miércoles, 8 de agosto de 2018

Todos me miran mal, menos los ciegos, es natural...

  La canción del Loco es una de mis preferidas, aunque algunos de sus renglones no los comparto, en otras cosas se ve uno reflejado.

Y es que no vamos a negarlo, eso de los prejuicios a veces te causan molestias y la mayor parte de las ocasiones, situaciones divertidas. Somos muy de juzgar al personal por su forma de vestir o por sus compañías o forma de moverse por la vida, sin conocerlos claro, aunque uno tiene un sexto sentido, que te indica nada mas ver como alguien se acerca, que no es trigo limpio, pero nada tiene que ver si va con un traje italiano o con una camiseta y una chupa de cuero, si no por ciertas vibraciones que notas solo con ver como se maneja y trata a los demás, no se, una mala onda, raras veces me confundo, pero a lo que vamos.

Creo que lo he comentado mas de una vez, eso de llevar vaqueros y camisetas sin mangas, no es una moda pasajera, o una crisis de identidad con la edad, la mal llamada crisis de los cuarenta, aunque pase de la cincuentena, es que siempre he vestido así, no soy de los que se disfraza los fines de semana, aunque por mi trabajo he de llevar uniforme y así estoy desde hace veinticinco años.
 Pero los que me conocen, saben que siempre voy así, no soy ni mejor ni peor que otros por mi forma de vestir, si no, soy yo mismo, todo va en un mismo paquete, la ropa, la moto, la música, en fin es una forma de vida. Al contrario de otros que con los años digamos, han sentado la cabeza, yo me he radicalizado mas, pues he pasado con los años de ser un chaval acomplejado y algo introvertido a pasar de todo y de todos y de hacer lo que realmente me gusta, pues cada vez me la trae mas floja lo que piensen los paisanos de mí.

A veces esto conlleva situaciones divertidas, muchas veces voy a Huelva ha hacer gestiones con la moto, y claro, voy vestido como siempre, mi chaleco del club, mi cadena para las llaves y las pintas que suelo llevar, pues claro, son normales las miradas de reojo al entrar al banco, el ponerse la gente en la otra esquina del ascensor cuando vas al centro comercial, o que te hagan un círculo protector cuando te sientas en la consulta del médico. Bueno, la verdad es que yo no voy buscando provocar nada, soy de los que fueron educados en la vieja escuela, dar los buenos días y decir gracias, además de ser gratis te hacen mejor persona, y no es raro ver cenutrias vestidas de seda entrar en una sala de espera sin ni siquiera soltar un rebuzno. El hábito no hace al monje, pero el monaguillo termina hincándose el vino de misa.

Luego mas de uno se sorprende al averiguar donde trabajo, incluso algún jefe ha insinuado que, ¿Como es posible que en tan noble institución pululen indígenas como este que suscribe?, bien sencillo, mi trabajo es sagrado, pero cuando termino y llego a casa, soy Pepe, mas conocido como el Cuervo y eso entra dentro de mi ámbito privado, no soy un delincuente, es mi forma de manejarme por la vida, ni mejor ni peor que otros, pero procuro ser honrado, que hoy en día no es moco de pavo.

Siempre lo he dicho, temo mas a un engominado con traje, corbata y maletín, que al mas zarrapastroso del pueblo, normalmente cuando veo al primero, cambio de acera, por si las moscas.

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