No es lo que tengo, es lo que soy.
He vivido en una casa con salita y una habitación y sin cuarto de baño, para cuatro, ahora en un chalet de dos plantas y dos cuartos de baño.
He tenido un Dyane 6 de cien mil pesetas y ahora conduzco un Mercedes.
He tenido un Vespino pagado a plazos, currando durante un año, de sesenta y cinco mil pesetas, ahora conduzco una Honda.
He salido a pasear con mi novia y sólo tenía para un paquete de pipas, ahora puedo ir a restaurantes con mi mujer.
He vestido con ropa de segunda mano, donada o regalada, ahora puedo comprarme la que me gusta.
He comido arroz cocido con tomate para llegar a fin de mes, hoy me voy a comer una pata de cordero a la brasa.
En definitiva, he prosperado en la vida, mi trabajo me ha costado, no ha sido por enchufe, ni por suerte, pero en algo no he cambiado, sigo pensando igual que cuando tenía 18 ó 20 años, me gusta la misma música, el mismo tipo de coches y motos, la misma forma de vestir y sobre todas las cosas, la libertad, libertad de expresarme y decir lo que me de la gana, pues a nadie le debo pleitesía, ni tengo que lamer botas. Y eso amigo, eso no tiene precio, pocos pueden levantar la mano y decir lo mismo. Alguno me lo ha reprochado, pero se han comido un mojón.
Los bienes materiales vienen y van, tu integridad no, a un trabajador hay algo que jamás le pueden quitar, y como diría mi suegro, no te pueden quitar el orgullo. Por eso puedo ir con la cabeza bien alta y sin cambiar de acera cuando me cruzo con según quién.
¿Y tú, qué tienes tanto, eres realmente libre?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario