Cuando abrí éste blog en el 2016, no imaginaba que llegaría a tener un buen puñado de seguidores o al menos, gente que se molesta en leer lo que escribo, algo raro hoy en día, por la inmediatez de todo, eso de ponerse a leer un rato lo que otro escribe es un ejercicio de lealtad, que sinceramente agradezco.
Creé este espacio sobre todo por la rancia censura de las redes sociales, donde palabras como maricón, moro o mongolo te suponen un mes sin poder hacer uso de tu libertad de expresión, algo que sólo un juez debería poder aplicar y no cualquier guarro con una hoz y un martillo por bandera o lo que es peor, color morado en su camiseta. Aquí no pueden meter sus sucias zarpas, al menos por ahora.
También es un lugar donde poder enseñar algunos de mis trabajos, relatos o vivencias del día a día, siempre con un velo de sarcasmo e ironía cubriéndolo todo.
Por lo que escribo, sé que me he creado enemigos, que siempre me la han traído flojísima y eso que no quieren saber nada de mí, pero entiendo que la curiosidad malsana es superior a sus fuerzas, y no pueden vivir sin ver que hago o digo, les mando un besito a todos ellos.
En definitiva, como sale en el encabezado del blog, este es un lugar para mis reflexiones, mis deseos, mis pensamientos y mis neuras, si en estos años al menos te he arrancado una sonrisa, pues mejor que mejor y si he cabreado a algún gilipollas, pues entonces me fumo un puro.
Oye, que gracias por esas 30.000 visitas, vamos a por otras tantas.
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